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Redefy Panamá: 2 años promoviendo la justicia social

  • Felipe Félix Méndez
  • 6 dic 2017
  • 2 Min. de lectura

Ziad Ahmed, fundador de Redefy dijo “Los oprimidos son los expertos en su opresión.”

Hace dos años, un grupo de jóvenes nos unimos para traer este movimiento a Panamá. Hoy, nos guía la misma convicción que se ha mantenido firme desde entonces: la búsqueda de la justicia social.

Hoy, vivimos una crisis. Suena exagerado, pero vivimos tan fragmentados que – tal vez inconscientemente – ignoramos las voces de comunidades enteras. Somos prisioneros del silencio que buscamos ocultar bajo una fachada de conversaciones superficiales, el silencio que nosotros mismos creamos.

Es paradójico. Somos testigos mudos de la opresión de masas. Como sociedad, estamos enviando mensajes erróneos, aceptando que ‘el más panameño es el que tiene problemas con los extranjeros,’ creyéndonos superiores a quienes tienen menos, y pensando que todo lo diferente es inherentemente malo. Con Redefy Panamá, buscamos demostrar que al final de cuentas somos mucho más parecidos de lo que pensamos, y que esta intolerancia es tan absurda como incongruente con la naturaleza del ser humano y los valores de la República de Panamá.

La historia no me deja mentir. Fundamos esta patria bajo el lema “Pro Mundi Beneficio,” con el fin de ser puente del mundo y corazón del universo. Este título conlleva una inmensa responsabilidad, y deberíamos cumplirla con orgullo: somos un sancocho con distintas sazones. Es lo que nos define; es nuestra identidad. Las perspectivas traídas por distintos grupos étnicos, religiosos y corrientes políticas han enriquecido nuestro istmo desde su fundación.

En estos dos años, hemos buscado escuchar distintas perspectivas, y compartirlas a gran escala. Hemos visitado colegios, organizaciones como PROBIDSIDA, y participado en colaboraciones, como ésta con Praxis. Todo esto buscando dar espacio a voces distintas ante audiencias inusuales. Falta mucho para cumplir nuestra meta, y tu aporte es clave.

Mientras nos rehúsemos a escuchar, habrá quienes carezcan de una voz en la sociedad. La solución está en nuestras manos. Vivamos aceptando que es nuestra responsabilidad crear plataformas que empoderen a los marginados para transformar la sociedad. Solo así, corregiremos la opresión que aún permitimos.

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