Testimonio de un joven venezolano en Panamá
- Leonardo Girlando
- 13 dic 2015
- 2 Min. de lectura

Todos pensarán que, por ser otro venezolano más del montón de los que se mudaron a la ciudad de Panamá, de seguro mi familia tuvo problemas con el actual gobierno de Venezuela: el PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), el cual puso ante su presidencia al ex presidente Hugo Chávez y al actual presidente Nicolás Maduro. Esa idea que tiene la mayoría de los residentes panameños es un estereotipo que no solo afecta a la nacionalidad venezolana, sino, a las mismas personas que migran de su país con un dolor en el pecho de tener que dejar atrás su vida e incluso familia para ir en busca de un lugar mejor. Pues aquí empieza todo, cuando el 8 de febrero del 2009 mi familia se muda a la Ciudad de Panamá. Al principio todo parecía ser agradable y seguro, pero todo empeora cuando este estereotipo empieza a atacar. Llega el momento de retomar las clases, y las presentaciones del “nuevo estudiante extranjero”. Cuando cada profesor que conocía, era un cuestionario similar que tendría que responder. Me preguntaban sobre el bienestar de mi familia y cosas usuales, lo cual era agradable. Pero luego empezaban aquellas dudas sobre si mi mudanza era consecuencia de “Chávez” y de los “Terroristas” en Venezuela, cosas que como niño no solo me asustaban, me intrigaban. Al llegar de clases, le cuento a mi mamá sobre lo que pasó en la escuela, ella inmediatamente llama y explica a la directora acerca de su descontento. Al día siguiente, disimuladamente diferentes profesores e incluso compañeros seguían, como si fuese la nueva moda. Llega un momento donde reflexiono y me doy cuenta de lo “horrible” y odiado que era Venezuela, creando en mí, un sentido de pertenencia débil sobre mi país. Esto sigue hoy en día, solo cambian el nombre de “Chávez” por “Maduro” y dicen cosas aún peores, sin ningún tipo de respeto hacia mi nacionalidad. Se puede decir que un estereotipo es como una percepción exagerada pero simplificada, que se tiene sobre una persona o grupo de personas que comparten ciertas características, y que busca justificar una cierta conducta en relación a determinada categoría social. Por lo general, cuando en algún caso se concreta es porque ya fue aceptada por la mayoría como patrón o modelo de conducta. El término se usa a menudo en un sentido negativo, considerándose que los estereotipos son creencias ilógicas que limitan la creatividad y que solo se pueden cambiar mediante el razonamiento personal sobre ese tema. Por más que lo intente, no logro crear en las personas ese razonamiento, el cual sería no solo mi deseo, sino además mi meta.








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