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¿Identidad de género?

  • Foto del escritor: Redefy Panamá
    Redefy Panamá
  • 24 ago 2016
  • 2 Min. de lectura

En este corto ensayo, no pretendo hablar a favor o en contra de nada, simplemente pretendo que aquellas personas que lo lean se pongan a pensar. Comienzo con una sencilla pregunta: ¿Cuánto tiempo le tomó a Panamá aceptar a los gays y a las lesbianas? (Hago la salvedad de que todavía falta mucho, mucho por hacer.)

“La prostitución clandestina, el proxenetismo, la sodomía y todo vicio de degeneración sexual (…) serán sancionados con las penas que a continuación se señala (…)”. Esta cita no proviene de una norma jurídica impuesta en países como Argelia y Libia en los que ser gay o lesbiana (porque a esto se refiere la cita), por ejemplo, es considerado un delito. Esta cita es de un decreto que rigió en Panamá desde 1949 hasta el año 2008. Hasta el año 2008 ser gay o lesbiana en Panamá era objeto de una sanción por las autoridades. Llevándolo a un plano “internacional”, no fue hasta 1973 que la Asociación Estadounidense de Psiquiatría dejo de considerar la homosexualidad como una enfermedad mental y se le empezó a estudiar desde otro punto de vista, llamándola una orientación sexual. ¿Cuánto tiempo le tomó a Panamá aceptar que ser gay o ser lesbiana no es sinónimo de “degenerado sexual” o de “delincuente”?

Bajo ese decreto que rigió en Panamá hasta el año 2008, por supuesto que ser transgénero, por mencionar alguno de los conceptos ligados al género, sería considerado un delito. La propia Asociación Estadounidense de Psiquiatría ha adoptado el término disforia de género para aplicarlo a un fuerte estrés clínico que ocurre cuando la identidad de género de una persona no es igual a aquella que le asignaron al nacer. ¿Por qué he hablado un poco de la orientación sexual a pesar de que el tema de este ensayo es la identidad de género? Para hacer una pequeña comparación. Probablemente (y esto solo aplica para ciertas personas, sea bueno o malo), si yo hubiera vivido en el Panamá de hace cincuenta o cuarenta años, no tendría ni un solo amigo gay o ni una sola amiga lesbiana. Sin embargo, por vivir en el tiempo en el que vivo hoy tengo muchos amigos que se identifican como gays o lesbianas. A pesar de esto, no tengo ni un solo amigo transexual. Por más que me duela, debo decir que la sociedad misma nos limita en cuanto a lo que creemos y aceptamos.

La gran pregunta que yo quiero dejarle al lector es la siguiente: ¿Cuánto tiempo le tomará a Panamá aceptar el concepto de género? ¿Aceptar a aquellos que no se identifican con su género de nacimiento? ¿Aceptar a aquellos que cambian sus órganos sexuales por razones psicológicas? Es verdaderamente una triste reflexión.

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