Clientelismo: ¿acto de caridad o insulto al país?
- Sergio González
- 9 oct 2018
- 2 Min. de lectura

La República de Panamá es uno de los 10 países más desiguales del planeta Tierra (Coeficiente de Gini). A su vez, según el Índice del PIB Per Cápita, estamos posicionados entre los mejores 10 países de Latinoamérica. En otras palabras, alejadas de cualquier tecnicismo: “En Panamá vivimos un absurdo todos los días”. Esto es lamentable, ya que significa que nos encontramos en un país con mucho dinero, pero muy mal distribuido. Estos datos son el sustento que nos llevan a afirmar que la pobreza en Panamá es producto de varias cosas, pero principalmente de la mala distribución de las riquezas. Este escenario trae consigo un ambiente hostil donde la presencia de la necesidad económica puede llevar a una persona a desarrollar una tendencia criminal por querer resolver sus necesidades de la noche a la mañana. En ese sentido, es entendible en parte que un ser humano sea capaz de prácticamente regalar su voto (qué es una decisión con impacto nacional y a largo plazo) por algún objeto material o alimento que solo saciará por unos minutos o días alguna necesidad puntual.
En definitiva, es entendible que alguien en altos niveles de pobreza tienda a regalar su voto solo por el hecho de que le ofrezcan algo material. Pero, de ninguna manera puede verse esto como un acto de caridad. ¿Por qué? Porque regalar cosas no es sinónimo de qué se está realizando el bien. Esto encuentra su razón de ser en una sola palabra: interés. ¿Y cuál es el interés? Pues uno egoísta, el interés de llegar al poder.
El problema radica en que llegar al poder involucra derechos, pero también responsabilidades y obligaciones que no van a ser resueltas por solo tener un supuesto “alto sentido de caridad”. Caridad que en verdad es un eufemismo para lo que realmente es: clientelismo. Soy del criterio qué pregona la necesidad de inyectar acciones claras qué sean de beneficio para la educación, porque solo con la educación se sale de la pobreza integral. La pobreza integral involucra la pobreza material y la pobreza cognitiva. La primera no es más que el cumplimiento de tus necesidades básicas de ser humano y la segunda es la que rige lo académico y las cualidades y aptitudes producto del conocimiento.
El clientelismo jamás podrá ser comparado con un acto de caridad. El acto de caridad es desinteresado; el clientelismo es un acto destructivo para el país donde con el solo hecho de regalar bienes materiales, una persona es capaz de perpetuarse en el poder y tomar decisiones importantes de carácter nacional.








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