¿Habrá un día que no veamos basura en las calles de la Ciudad de Panamá?
- Anónimo
- 24 ene 2019
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Basura en la Avenida Simón Bolívar cerca de la Estación de Metro El Ingenio, Ciudad de Panamá. Foto cortesía de La Estrella de Panamá.
Si eres residente de la Ciudad de Panamá o la has visitado en algún momento de tu vida es imposible no haberse fijado que tiene varios lugares como el que vemos arriba entre la aglomeración de calles, rascacielos, automóviles y camiones. Es básicamente una inundación de basura en áreas donde transitan peatones que tienen que aguantarse los malos olores. Cómo residente de la ciudad de Panamá, uno se da cuenta que la capital está sobrepoblada porque aquí es donde nacionales, extranjeros, hombres y mujeres de negocio prefieren establecerse y laborar. Hay más oportunidades de trabajo y la economía del país circula alrededor de esta ciudad.
Por ello, los tanques de basura se llenan rápidamente todos los días, causando que se desborden y que los ciudadanos creen montañas artificiales al lado cuando los ven llenos. El problema en la ciudad es que las autoridades de aseo no pueden estar recogiendo la basura todos los días porque no hay suficientes empleados y los que hay, no tienen la energía de recoger basura en cada rincón de la ciudad. La logística no resuelve el problema, agregando que el trabajo de autoridad de aseo es uno que muchos no prefieren profesar.
Otros problemas son la educación del residente en Panamá de cualquier clase social ya que la República no tiene una cultura de aseo y tampoco se cuenta con una autoridad robusta y autoritativa que se haga responsable del tratamiento y manejo de los desperdicios orgánicos, inorgánicos y minerales; como son los desechos sanitarios, compuestos por los desperdicios generados en hospitales y centros médicos, altamente tóxicos. Adicional, el estado panameño no cuenta con una organización judicial potente que pueda encargar a una fuerza especial de inspectores o inclusive policías que den multas monetarias muy altas para los que ensucien la Ciudad de Panamá. Finalmente, la nueva generación de jóvenes en Panamá no es educada para “no ensuciar” y entender cuáles desperdicios va en cuales recipientes.
Pensar que Panamá podrá llegar a un nivel de educación tan alto que los ciudadanos serán conscientes de “no ensuciar las calles”, “no acumular basura en tanques que están obviamente hasta el tope” y que el gobierno tome un control estricto sobre “el deshacerse de la basura o usarla de una manera reciclable” es un futuro muy lejano, pero hay que comenzar en algún momento. Para entender cómo se puede educar rápidamente al ciudadano a no ensuciar la ciudad, el estado debe subir los precios de las multas e inclusive crear nuevas multas, que, aunque parezcan absurdas, crearían un beneficio muy grande para el bienestar de muchos residentes.
Un ejemplo de la actualidad donde podemos copiar este gran comportamiento del residente hacia la limpieza de su ciudad es en la República de Singapur. En Singapur, los policías rondan la ciudad aplicando una multa de $300 como mínimo a aquellos que ensucien, aunque sea con un papelito. Aquella multa incrementa entre más grande o dañina sea la basura tirada en las calles. La medida más extrema es el servicio público de limpiar un área designada de la ciudad en chalecos neón para que los ciudadanos sepan que esta persona está siendo castigada por el estado. Créanme que una multa de $300 como mínimo al residente en la Ciudad de Panamá lo corrige rápidamente, ya que el salario mínimo consiste de $275 desde 2019 y el salario promedio es de $789. Por ello, uno perdería un tercio o todo su salario mensual por una “simple” ofensa como botar la basura donde no pertenece. Si las leyes se crean en este país, entonces se deben imponer en los ciudadanos para que se comporten, apoyando el bienestar de toda la sociedad.
Bibliografía








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