Hablemos sobre realidades…
- Alexandra Lasso
- 9 feb 2019
- 4 Min. de lectura

El 31 de julio de 2016, durante la misa de envío de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) celebrada en Cracovia, Panamá fue escogida como el próximo país sede de la JMJ 2019. Desde este anuncio, el istmo panameño en general, siendo uno de los mayores actores la iglesia y el Estado se encontraban en la planeación y la logística que conlleva un evento de esta magnitud. De acuerdo a cifras brindadas por nuestro gobierno, se esperaban entre 250 mil y 350 mil visitantes, los cuales incluían peregrinos, voluntarios, medios de comunicación, y obispos de unos 190 países.
Tomando en cuenta el párrafo anterior, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) estimó que el impacto directo sería de $388 millones y el indirecto, por el efecto multiplicador en la economía podría alcanzar los $700 millones, lo cual representaría 1.5 puntos del PIB de Panamá.
A semanas de haber finalizado la JMJ, puedo llegar a conclusiones vistas por estos ojos: La JMJ terminó muy bien, al contrario de lo que todos esperaban y eso realmente me alegra como ciudadana panameña, ya que todos los visitantes y participantes durante la JMJ pudieron llevarse cosas buenas de nuestro pequeño país, así como demostrarle a la mayoría de ellos la mejor cara de Panamá. No hubo escasez, no existió tanto hurto/robo como normalmente se vive en nuestro país, existió inversión y se vio una hermosa armonía entre todos los asistentes.
Sin embargo, aún con la felicidad anteriormente mencionada, debo destacar que es doloroso reconocer que el líder de la iglesia católica y sus practicantes, así como la prensa internacional tengan que llegar a nuestro país para que existieran cambios en nuestro territorio, parece que para el gobierno panameño no es suficiente escuchar a sus ciudadanos.
Además de todo lo bueno que suscito en Panamá durante la JMJ, debemos ser realistas e imparciales con los temas religiosos y/o políticos, por lo que resaltaremos estos puntos a continuación:
Se recibieron en nuestro país durante el 1 al 26 de enero 311,679 viajeros. De los cuales 70,803 se encontraban inscritos como peregrinos, 101,428 ingresaron como visitantes que posiblemente pudieron haber participado en diferentes eventos de la JMJ y 139,428 fueron panameños y residentes.
Nuestro gobierno demostró ser FUNCIONANTE, solamente ha decidido no aclamar a su pueblo y hacer lo que los demás... velar por ellos mismos.
El pueblo está hastiado de los políticos (las ratas, mejor dicho) y se hizo notar en diversas actividades durante la JMJ. Esperemos el #NoALaReeleccion se haga notar de la misma forma en mayo.
Hubo ciertos encontrones en redes sociales entre los católicos y evangélicos, los últimos criticando el comportamiento de los primeros, sin embargo, considero que se debe respetar la fe de todos y aunque comprendo que el papa es “la máxima autoridad de la iglesia y representación de Dios en la tierra”, la diferencia entre el fanatismo de unos o de los otros es inexistente.
En Panamá, las diferentes religiones si pueden convivir. Un aplauso a los ortodoxos, judíos, hindúes, musulmanes y evangélicos por recibir peregrinos y/o apoyarlos de las diferentes maneras posibles.
Panamá si puede con eventos de esta índole y espero sigan sucediendo, sin embargo, le pido a los próximos gobiernos que no sean de mis impuestos, ya que la educación y salud son más importantes.
El Papa comentó sobre temas actuales: redes sociales, influencers, corrupción e inclusive promovió la educación sexual, ¿acaso ya esto no es suficiente para los practicantes y lo consideran necesario para la juventud?
El Ministro de Turismo, Gustavo Him, aseguró que los ingresos durante la JMJ fueron alrededor de los $250 millones; sin embargo, el Ministerio de Economía y Finanzas, encargados de velar por las inversiones en nuestro país no se ha pronunciado con un estudio al respecto. Siendo esta una actividad que fue respaldada económicamente en su mayor parte por el Estado, es decir, dinero de los ciudadanos de esta nación. De acuerdo con el sitio web “La JMJ nos cuesta” se gastaron $35,007,955 hasta el 14 de enero de 2019. He aquí donde llega el punto de quiebre, ¿debería el Estado patrocinar/ayudar en este tipo de actividades? o ¿debería existir imparcialidad por parte del Estado hacia cualquier tipo de religión?
Los 35 millones mencionados y gastados durante la JMJ pudieron ser utilizados en lo siguiente:
583 puentes en áreas comarcales
297 comedores escolares
495,264 kits de hemodiálisis
23 mamógrafos 3D
661 kilómetros de acera
895 caminos de producción
565 acueductos rurales
La experiencia como país sede de la Jornada Mundial de la Juventud ha dejado un sabor agridulce en la mayoría de los panameños, debido al mal uso de las arcas del Estado para actividades de índole religiosa. No cabe duda de que los gastos realizados durante esta jornada sobrepasaron los límites esperados y que existen dudas sobre los posibles sobrecostos en estos, promoviendo la idea entonces de que se inicie una separación del Estado y la Iglesia, para así evitar este tipo de situaciones en las cuales ideologías se sobreponen ante el bien común de una nación.








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