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La cultura de la violación y otros términos que debes conocer

  • Anónimo
  • 19 may 2020
  • 4 Min. de lectura

La cultura de la violación es un entorno social en el que la violación y el asalto sexual contra las mujeres se normaliza y excusa en medios de comunicación y la cultura popular. La cultura de la violación se perpetua mediante el acoso sexual, el asalto sexual, la violencia de pareja, mensaje misógino y la objetivación de los cuerpos de las mujeres. La cultura de la violación afecta a todas las mujeres porque la violación de una mujer crea un terror y limitación para todas las mujeres en ese entorno social.

El acoso sexual es definido como la conducta persistente no deseada de naturaleza sexual que incluye solicitudes de favores sexuales, avances u otra conducta sexual que es lo suficientemente severo o penetrante como para crear un ambiente intimidante, hostil o repugnante. Hay dos tipos de acoso sexual: quid pro quo y ambiente hostil. Quid pro quo ocurre cuando se solicita o adquiere algún tipo de favor sexual a cambio de otra cosa. Un profesor que ofrece una mejor calificación a cambio de acostarse con una estudiante participa en Quid pro quo. El ambiente hostil es más común y crea una incomodidad significativa para la víctima e interfiere con la vida social, laboral o escolar de la persona. Las bromas sucias persistentes, los comentarios ofensivos, tocando en lugares inapropiados, gestos indecentes, etc., pueden consistir en ambiente hostil.

El asalto sexual es definido como la participación en cualquier acto de naturaleza sexual donde se tome ventaja sexual de alguien y que se cometa sin el consentimiento pleno e informado de todas las personas involucradas. Una persona siempre se reserva el derecho de revocar el consentimiento en cualquier momento durante un acto sexual. Se considera que una persona es incapaz de dar su consentimiento cuando esa persona es menor de edad, está incapacitada por alcohol u otras drogas, sufre de una enfermedad mental o está dormida. Alrededor del 90% de los asaltos sexuales cometidas contra estudiantes universitarios son cometidos por alguien que ya conocen; amigos, compañeros de clase, novios y novias. En el pasado, el asalto sexual era visto como culpa de la víctima, pero en realidad, nunca es culpa de la víctima.

Fuente: Not Anymore Program.

La violencia de pareja es definida como la violencia cometida por una persona que está o ha estado en una relación social de naturaleza romántica o íntima con la víctima. El 28% de los hombres universitarios y el 43% de las mujeres universitarias informan haber experimentado comportamientos violentos y abusivos (incluido el abuso físico, sexual, tecnológico, verbal o de control) de alguien con quien tenían una relación de noviazgo. Una relación emocionalmente abusiva generalmente incluye las siguientes características: compromiso muy rápido, (por ejemplo, si se dice “te amo” demasiado rápido), comportamiento controlador, celos sin razón, humillación, intimidación y cambios de comportamiento abruptos (de muy agradable a muy destructivo).

La misoginia es definida como el odio hacia las mujeres y el pensamiento de que los hombres son superiores a las mujeres en todo aspecto. El problema del lenguaje misógino en nuestra sociedad no es solo insultos despectivos, sino que el sexismo se extiende mucho más a nuestro lenguaje cotidiano. Si crees que estás libre del lenguaje sexista, considera esto: ¿Alguna vez has molestado a un amigo por haber sido “azotado”? ¿O has bromeado acerca de quién “usa los pantalones” en su relación? Entonces tú también usas un lenguaje misógino. Ambos apuntan a una pareja masculina más débil con una pareja femenina dominante. Esto daña la forma en que se percibe a los hombres y hace mucho más daño a nuestra percepción de las mujeres al difundir la opinión de que no es natural o aceptable que una mujer tenga una personalidad más dominante. Lo mismo ocurre con “corre o patea como una niña” o “maneja como una mujer”. Esto hace que parezca que las mujeres son tontas y descoordinadas en comparación a los hombres.

La objetivación o cosificación de las mujeres es un fenómeno social que reduce a las mujeres a meros objetos del deseo sexual de los hombres y tiene consecuencias negativas para el bienestar de las mujeres. Investigaciones en los EE.UU. han demostrado que cuando las mujeres están expuestas a eventos de objetivación sexual (piropos, silbadas u ojeadas), se obsesionan por su apariencia física, lo que les causa estrés, ansiedad, ira y vergüenza diariamente. Diversos estudios de universidades en EE.UU. y Australia han concluido que en promedio una mujer sufre de 1-2 instancias de objetivación sexual cada dos días (y en países latinoamericanos es igual de común). En mi perspectiva como hombre adulto, puedo decir que la objetivación sexual (piropos, silbadas u ojeadas) te hace “menos hombre” – uno pierde toda dignidad y respeto al ofender a las mujeres.

Bibliografía

Collom, Katie. “What Is Misogynistic Language & Why Do We Have to Teach Kids Not to Use It.” Language Trainers USA & Canada Blog, Language Trainers USA & Canada Blog, 22 Jan. 2018, www.languagetrainers.com/blog/2018/01/22/what-is-misogynistic-language-why-do-we-have-to-teach-kids-not-to-use-it/.

Heflick, Nathan A. “How Frequent Is Sexual Objectification?” Psychology Today, Sussex Publishers, 30 Sept. 2016, www.psychologytoday.com/us/blog/the-big-questions/201609/how-frequent-is-sexual-objectification.

Koval, Peter, et al. “Sexual Objectification Harms Women.” Pursuit, The University of Melbourne, 17 Dec. 2019, pursuit.unimelb.edu.au/articles/sexual-objectification-harms-women.

Women's Center. “Rape Culture – Women's Center.” Women's Center, Marshall Univeristy, www.marshall.edu/wcenter/sexual-assault/rape-culture/.

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